
China anunció un arancel del 34 por ciento sobre todos los productos importados de Estados Unidos, una tasa similar a la anunciada por el propio presidente Donald Trump el pasado miércoles. Además, el país asiático introdujo nuevas restricciones de exportación a tierras raras, además de añadir a ocho empresas estadounidenses a su propia lista de entidades.
Como era de esperarse, los aranceles anunciados por el gobierno estadounidense han provocado una intensa guerra comercial del país norteamericano en contra de antiguos socios y otras naciones adversarias. China es uno de los primeros países en responder con aranceles recíprocos en contra de la nueva política de Estados Unidos.
Según Trump, los aranceles buscan obligar a múltiples empresas a regresar su producción a Estados Unidos, pero también reducir el déficit comercial del país frente a importantes socios comerciales. Sin embargo, un portavoz de la embajada china en Estados Unidos respondió que “esta práctica ignoraba el equilibrio de intereses alcanzado en las negociaciones comerciales multilaterales a lo largo de los años e ignoraba el hecho de que Estados Unidos ha obtenido grandes beneficios del comercio internacional durante mucho tiempo”.
El pasado miércoles, Trump anunció un arancel general del 10 por ciento a todos los productos importados a Estados Unidos, con tasas adicionales para aquellos países que el gobierno considera que dan un trato injusto al comercio estadounidense. En el caso de China, esta tasa fue de un 34 por ciento, que se sumaría al 20 por ciento ya impuesto por Trump a la mercadería proveniente de China.
El gobierno chino también hizo un llamado “a abolir inmediatamente las medidas arancelarias unilaterales y a resolver las diferencias comerciales mediante consultas de manera igualitaria, respetuosa y recíproca”, según un comunicado reproducido por medios locales.
El último arancel estadounidense “no cumple con las normas del comercio internacional, perjudica gravemente los derechos e intereses legítimos de China y es un típico acto de intimidación unilateral”, declaró el viernes el Ministerio de Finanzas chino. “No sólo perjudica los intereses de Estados Unidos, sino que también pone en peligro el desarrollo económico mundial y la estabilidad de las cadenas de suministro”.
Esta nueva ronda de aranceles chinos serán efectivos a partir del próximo jueves 10 de abril, según el Ministerio.
Además de los aranceles, el contraataque chino incluye otras medidas particulares, como la restricción de operar en territorio chino en contra de 11 empresas estadounidenses, así como restringir la exportación de minerales y tierras raras a Estados Unidos, algunos de estos utilizados en componentes como baterías y semiconductores.
La mayoría de las empresas afectadas por la medida china incluyen fabricantes de drones y equipo para comunicaciones tácticas, incluyendo a Skydio, BRINC Drones, Kratos Unmanned Aerial Systems y Domo Tactical Communications.
China también apuntó al sector agrícola estadounidense, anunciando una suspensión inmediata de la importación de productos de pollo de tres empresas estadounidenses, y la importación de sorgo de C&D, argumentando preocupaciones sanitarias.
Además, el Ministerio de Comercio anunció una investigación antidumping sobre los tubos de rayos X para tomografías importados de Estados Unidos e India.
La semana pasada, Trump sugirió que estaría abierto a negociar los nuevos aranceles en contra de China, siempre que el país asiático estuviera dispuesto a aprobar la venta de TikTok, actualmente propiedad de la china Bytedance, a alguna compañía estadounidense. La popular red social se encuentra en un limbo legal, conforme se acerca la fecha límite para hacer efectiva la ley que prohíbe su operación en el país norteamericano.