Antes de concluir su administración, Biden avanza con restricciones a exportación de chips

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Como era temido por la industria de semiconductores, la administración saliente del presidente Joe Biden avanzó con la emisión de una nueva ley que pretende imponer nuevos mecanismos para regular las exportaciones de chips, con la intención de limitar su acceso a adversarios y otras entidades. La industria, por su parte, considera que la nueva ley extralimita las funciones del gobierno y amenaza con limitar el crecimiento y la influencia de la tecnología estadounidense.

La normativa conocida por el momento como Norma Final Provisional sobre la Difusión de la Inteligencia Artificial (AI Diffusion), busca mantener a los Estados Unidos como líder tecnológico en este segmento para garantizar la seguridad nacional y la fortaleza económica. Según el gobierno, la nueva normativa agilizaría los trámites de concesión de licencias para los pedidos de chips y aportaría claridad a las naciones aliadas para acceder a la tecnología.

AI Diffusion se suma a otras órdenes ejecutivas emitidas durante la administración Biden con la intención de limitar el acceso a naciones adversarias –como China y Rusia– a los chips más avanzados para el desarrollo y entrenamiento de Inteligencia Artificial (IA). Según advierte la Casa Blanca en un comunicado, “en las manos equivocadas”, la IA podría ser usada en el desarrollo de armas de destrucción, operaciones cibernéticas ofensivas o para el abuso de los derechos humanos.

“Para mejorar la seguridad nacional y la fortaleza económica de Estados Unidos, es esencial que no deslocalicemos esta tecnología crítica y que la IA mundial funcione sobre raíles estadounidenses. Es importante trabajar con las empresas de IA y los gobiernos extranjeros para poner en marcha normas críticas de seguridad y confianza a medida que construyen sus ecosistemas de IA”, agrega.

La Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA), sin embargo, había advertido que la nueva ley suma requisitos onerosos y trámites complejos para los exportadores de chips, a la vez que se hizo sin la participación de la industria. Tras la publicación de la normativa, Nvidia criticó duramente los lineamientos al acusar que limitaría el acceso a dispositivos de cómputo convencionales y otra tecnología de IA que ya ha dado beneficios a los usuarios.

“Aunque se escudan en una medida ‘antichina’, estas normas no contribuirían en nada a mejorar la seguridad de Estados Unidos. Las nuevas normas controlarían la tecnología en todo el mundo, incluida la tecnología que ya está ampliamente disponible en los principales ordenadores de juegos y hardware de consumo. En lugar de mitigar cualquier amenaza, las nuevas normas de Biden no harían sino debilitar la competitividad global de Estados Unidos, socavando la innovación que ha mantenido a este país en cabeza”, advirtió el fabricante.

La norma incluye seis mecanismos clave para supuestamente catalizar la difusión responsable de la tecnología estadounidense. Por un lado, impone restricciones de acceso contra países de preocupación, mientras busca mantener el acceso para naciones aliadas.

Según la ley, no se impondrían restricciones a 18 aliados y socios clave, lo que facilita el acceso a tecnología a “jurisdicciones con sólidos regímenes de protección tecnológica y ecosistemas tecnológicos alineados con los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos”.

La normativa también señala que los pedidos de chips con una potencia de cálculo colectiva de hasta aproximadamente mil 700 GPU avanzadas no requieren licencia y no cuentan para los límites nacionales  de chips. El gobierno estadounidense explica que la mayoría de los pedidos entran en esta categoría, lo que incluye instituciones médicas, educativas y de investigación.

Según la ley, aquellas entidades que cumplan con los estándares de seguridad y confianza, y estén basados en países aliados, podrán obtener el estatus de Usuario Final Universal Verificado (UVEU) de alta confianza. Con este estatus, pueden colocar hasta el 7 por ciento de su capacidad computacional global de IA en países de todo el mundo.

Por su parte, otras entidades que cumplan los mismos requisitos de seguridad y tengan su sede en cualquier destino que no sea un país conflictivo pueden solicitar el estatus de Usuario Final Nacional Verificado (NVEU), lo que les permitirá adquirir una capacidad de cálculo equivalente a un máximo de 320 mil GPU avanzadas durante los próximos dos años.

Supuestamente, esta medida permitiría a entidades nacionales de confianza mantener servicio a clientes locales, gubernamentales y regionales, y aún proteger los riesgos de desvío de infraestructura.

Las entidades no pertenecientes a la VEU situadas fuera de los aliados cercanos podrán seguir adquiriendo grandes cantidades de potencia de cálculo, hasta el equivalente a 50 mil GPU avanzadas por país. Este límite garantiza la disponibilidad de tecnología estadounidense al servicio de gobiernos extranjeros, proveedores de servicios sanitarios y otras empresas locales, explica la Casa Blanca.

El gobierno indica que los países que firmen acuerdos con los Estados Unidos para alinear los esfuerzos de control de exportaciones, energía limpia y seguridad tecnológica, podrán duplicar sus topes de chips, de hasta 100 mil de las actuales GPU avanzadas.

Entre las principales restricciones, la ley exige que los semiconductores avanzados vendidos en el extranjero no sean utilizados por países preocupantes para entrenar sistemas avanzados de IA; restringe la transferencia a agentes que no sean de confianza de los modelos avanzados de ponderación cerrada; y establece normas de seguridad para proteger las ponderaciones de los modelos avanzados de IA de ponderación cerrada.

La norma, emitida pocos días antes de la investidura de Donald Trump para un segundo término, tendrá que ser implementada por las principales compañías exportadoras de semiconductores dentro de los próximos años.

Sin embargo, Nvidia adviritó que “ya está socavando los intereses de Estados Unidos (…). Como demostró la primera Administración Trump, Estados Unidos gana a través de la innovación, la competencia y compartiendo nuestras tecnologías con el mundo, no replegándose tras un muro de extralimitaciones gubernamentales. Esperamos volver a políticas que fortalezcan el liderazgo estadounidense, impulsen nuestra economía y preserven nuestra ventaja competitiva en IA y más allá”, agregó.

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