Biden bloquea tecnología para vehículos autónomos y eléctricos proveniente de China y Rusia

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En lo que son sus últimos días al frente de la presidencia de los Estados Unidos, Joe Biden acelera la emisión de políticas que buscan bloquear el avance tecnológico de naciones consideradas como adversarias. La más reciente decisión de la presente administración ahora apunta a prohibir la venta e importación de tecnología para vehículos eléctricos y autónomos provenientes de China y Rusia.

En un comunicado, la Casa Blanca afirma que la nueva normativa estará enfocada en proteger la cadena de suministro relacionada con los vehículos eléctricos, de modo que “sean resistentes y seguras frente a las amenazas cibernéticas de adversarios extranjeros”.

Explica que al considerar la multitud de componentes y sistemas conectados ahora presentes en los vehículos, en conjunto con la participación de adversarios extranjeros en las cadenas de suministro, “supone una amenaza significativa en la mayoría de los coches que circulan actualmente, ya que permite a los actores malignos acceder sin restricciones a estos sistemas conectados y a los datos que recopilan”.

En ese sentido, el gobierno estadounidense señala que la nueva norma emitida por el Departamento de Comercio ayudará al país a defenderse contra ataques de ciberespionaje e intrusión promovidos por agentes de China y Rusia, y dirigidos a la infraestructura crítica de transporte. Por ejemplo, mencionó el caso del grupo de hackeo Volt Typhoon, patrocinado por el régimen chino, que se ha visto involucrado en ataques a dispositivos e infraestructura. Asimismo, considera que Rusia sigue siendo un actor cibernético maligno, con un historial similar de ciberataques bien documentados contra sistemas estadounidenses.

“Esta norma garantiza que nuestras infraestructuras críticas no estén expuestas al riesgo de cadenas de suministro controladas por adversarios extranjeros que podrían proporcionar a los malos actores los medios para perturbar las infraestructuras críticas de Estados Unidos”, indica la Casa Blanca.

La norma también buscaría evitar que cierto hardware y software utilizado en los vehículos conectados se utilice para la recolección masiva de información sensible, incluyendo datos de geolocalización, grabaciones de audio y video, y otros análisis de patrones de vida.

El mercado automotriz se ha convertido en el último campo de batalla entre Estados Unidos y China por mantener el liderazgo tecnológico global. Mientras que las automotrices chinas exhiben una estrategia agresiva de crecimiento en el mundo, el gobierno estadounidense se ha enfocado en impulsar políticas que limiten la presencia de estas armadoras dentro de su propio territorio.

Donald Trump, próximo presidente de Estados Unidos, también ha amenazado con imponer aranceles por arriba del 100 por ciento a vehículos importados de China o que hayan sido fabricados en países socios como México, con la intención de limitar su venta en territorio estadounidense.

China, por su parte, que ha logrado importantes avances en la fabricación de materiales y desarrollo de baterías para vehículos eléctricos, anunció a principios de enero la posible imposición de controles a la exportación de tecnología clave para la refinación de litio y producción de químicos para baterías, con lo que buscaría proteger su liderazgo en el segmento.

La nueva norma emitida por Biden, que según el gobierno fue consultada con la industria y socios internacionales, prohibirá la importación o venta de determinados sistemas de vehículos conectados diseñados, desarrollados, fabricados o suministrados por entidades vinculadas a la República Popular China o Rusia.

Lo anterior, incluye los sistemas de conectividad de vehículos (VCS), o sistemas y componentes que conectan los vehículos con el mundo exterior –incluidos los módulos Bluetooth, celular, satélite y Wi-Fi– y los sistemas de conducción automatizada (ADS), que permiten a los vehículos altamente autónomos funcionar independientemente de un conductor al volante. La norma incluye restricciones a la importación o venta de vehículos conectados que utilicen software VCS y ADS, así como a las importaciones de equipos de hardware VCS.

El gobierno detalla que las restricciones sobre el software entrarán en vigor en el año modelo 2027 y las restricciones sobre el hardware entrarán en vigor en el año modelo 2030. La norma también incluye una prohibición de la venta de vehículos conectados en los Estados Unidos por entidades que son propiedad de, controlados por, o sujetos a la jurisdicción o dirección de la República Popular China o Rusia, incluso si esos vehículos fueron fabricados en los Estados Unidos. Esta prohibición entrará en vigor a partir del año modelo 2027.

El Departamento de Comercio advierte que si bien esta norma incluye únicamente vehículos de pasajeros, evaluará la emisión de una norma similar que atienda los mercados de vehículos conectados comerciales y pesados (4.5 toneladas).

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