¿Cuánto es el riesgo para la industria electrónica los aranceles de Trump?

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Como fue costumbre durante su primer mandato, Donald Trump está utilizando la imposición de aranceles para “aprovechar al máximo la posición económica de Estados Unidos” y negociar algunos temas prioritarios de su agenda como la migración y el combate al narcotráfico. Más allá de las consecuencias macroeconómicas que estas medidas puedan tener, ciertos sectores podrían verse más afectados al considerar su importancia económica e industrial para las naciones involucradas.

Tras varios meses de amenazas, Trump finalmente anunció la imposición de un 25% de aranceles a todos los productos que fueran importados de México y Canadá, así como un 10% a las importaciones de China.

En particular, las industrias de tecnología, telecomunicaciones y electrónica son algunas de las que más se han beneficiado a partir de los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, por lo que también podrían ser las más afectadas por las disrupciones políticas del nuevo presidente.

Los acuerdos de libre comercio han permitido la conformación de complejas cadenas de suministro que aprovechan las ventajas competitivas de cada nación, con importantes beneficios para cada uno de los países, desde la creación de empleo, la instalación de hubs locales de innovación, hasta la reducción de precios de los dispositivos y componentes.

De acuerdo con información de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, durante 2023 la importación de productos electrónicos al país norteamericano quedó en el primer lugar por valor con un total de 592 mil millones de dólares en productos, seguido de cerca por la importación de equipo de transporte con 577 mil millones de dólares. Ambos ocupan casi la mitad del total de importaciones al país, con una participación del 19.2% y 18.7%, respectivamente.

Del total de productos electrónicos importados a los Estados Unidos, México sería responsable de alrededor de un 17.5%, tan sólo detrás de China con una participación del 24.7%, pero arriba de Taiwán, el gigante asiático productor de semiconductores, con 9.2%.

A partir de la integración de México al Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, después rebautizado como Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), el país se ha integrado de forma significativa con la cadena de valor de ciertos componentes en industrias altamente avanzadas.

Compañías como Intel, Corning, Thales o Lenovo, entre muchas otras, cuentan con plantas de fabricación de componentes en el país, destinadas para servir al mercado norteamericano. Algunas de estas instalaciones ocupan incluso un lugar relevante para la propia cadena de suministro de cada uno de estos fabricantes. México ha sido responsable por proveer al mercado estadounidense de importantes componentes como computadoras, monitores y teléfonos, además de otros dispositivos como electrodomésticos, incluyendo refrigeradores y aires acondicionados.

Esto es especialmente relevante en un momento en el que Estados Unidos se había enfocado en diversificar las cadenas de suministro de importantes componentes como los semiconductores con el apoyo de países socios. Mientras que Intel ya tiene presencia en el país con un importante centro de diseño, otras compañías anunciaron también su llegada a México para aprovechar las oportunidades traídas por la Ley CHIPS estadounidense, como Micron y Foxconn.

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Luego de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lograra un mes de gracia para la entrada en vigor de los aranceles, aún no está claro cómo estas nuevas políticas agresivas de los Estados Unidos puedan afectar los planes futuros de compañías que recién habían ampliado su presencia en México.

Anteriormente, Trump ya había criticado la publicación de la Ley CHIPS, al calificarlo como un acuerdo “tan malo”, que obligó al gobierno estadounidense a subsidiar “empresas ricas”, cuando se pudo haber impulsado la fabricación nacional de chips mediante la imposición de aranceles.

El presidente estadounidense también ha amenazado con imponer aranceles a la producción extranjera de chips de cómputo y dispositivos médicos para obligar a que regrese su manufactura a Norteamérica. Quanta Computer e Inventec son otras compañías taiwanesas que podrían verse afectadas por los aranceles, y que cuentan también con instalaciones de ensamblaje de equipos en México.

Musk paga las consecuencias

Luego de haber anunciado la amplia imposición de aranceles en contra de sus principales socios comerciales, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, también anunció una serie de aranceles en represalia en contra de productos estadounidenses. Como en el caso de México, Trudeau y Trump anunciaron una pausa en estas medidas, al haber alcanzado un acuerdo.

Sin embargo, a lo largo del fin de semana, Canadá también planteó la posibilidad de que Elon Musk, millonario convertido en funcionario público, sea uno de los que paguen las consecuencias de la guerra comercial iniciada por Trump.

Chrystia Freeland, candidata liberal al gobierno canadiense, sugirió aplicar aranceles del 100 por ciento a los vehículos Tesla y productos alcohólicos estadounidenses, con el objetivo de enviar un mensaje a los aliados de Trump.

Asimismo, la provincia de Ontario, en Canadá, canceló y luego restauró un contrato de 68 millones de dólares con Starlink, el servicio de Internet satelital de Musk. Antes del acuerdo entre Estados Unidos y Canadá, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció que también se cancelarían los contratos con otras empresas estadounidenses en tanto los Estados Unidos mantuviera los aranceles en contra de Canadá.

Ford acusó que Musk es “parte del equipo de Trump que quiere destruir familias, ingresos y negocios”, y aseguró que “no toleraría” que el empresario fuera responsable por quitarle la comida a las familias canadienses.

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